La legendaria Máxima sostiene que
el Presidente Ollanta Humala les ha traicionado: "En su campaña electoral
nos prometió proteger el medio ambiente y el agua. Ahora no dice nada y calla
ante los intereses de la empresa minera”.
En Tragadero Grande, a 4.100
metros sobre el nivel del mar, frente a la Laguna Azul, en la Comunidad de
Sorochuco, Región de Cajamarca, al Norte de Perú, una mujer de 44 años hace oír
su voz. "Soy pobre y analfabeta, pero sé que nuestra laguna y las montañas
son nuestro verdadero tesoro, y lucharé para que el proyecto Conga no las
destruya", dice con firmeza Máxima Acuña de Chaupe, quien lleva
resistiendo cuatro años de litigio y múltiples intentos de desalojo por parte
de la Minera Yanacocha, la más grande productora de oro de Sudamérica.
Máxima afirma que la minera no
trae nada bueno a su tierra. "Si entran aquí no quedará ni montañas ni
laguna". En 2011 ella denunció a Yanacocha ante la fiscalía de Celendín
porque quiso arrebatarles por la fuerza su predio Tragadero Grande. "Desde
ese año, vivimos intranquilos, como secuestrados entre las montañas, porque la
minera nos acosa y controla nuestras entradas y salidas".
Pero Máxima aclara: "En 1996
la minera fue comprando a cada familia sus predios. Nuestros vecinos nos
preguntaban por qué no vendíamos. 'Esta es nuestra tierra y aquí nos
quedaremos', les dijimos". Ella compró el predio a la Comunidad de
Sorochuco en 1994. "Tengo el certificado de posesión donde se reconoce que
soy propietaria y comunera. Nos dedicamos a la agricultura y al pastoreo,
cultivamos papas y ocas, no hacemos daño a nadie".
En 2011 Máxima pasó de ser
denunciante a denunciada. "Yanacocha nos demandó por usurpación agravada.
Ordenaron que nos desalojaran, incluso que fuéramos a la cárcel y que pagáramos
una reparación a la minera". Para entonces, su historia ya era conocida
entre las organizaciones de derechos humanos y se había convertido en símbolo
de la lucha contra el proyecto Conga. La ONG Grufides asumió la defensa legal y
finalmente, en diciembre de 2014 y en segunda instancia, la corte de Cajamarca
la declaró inocente del delito de usurpación agravada.
Sin embargo, la minera sostiene
que la sentencia a favor de Máxima es en el ámbito penal y no la reconoce como
dueña. La opción que queda ahora es ir a un juicio civil para esclarecer el
tema de la propiedad de este terreno de 23 hectáreas. De momento, la defensa de
Máxima ha denunciado a Yanacocha por usurpación agravada y ha presentado un
recurso de habeas corpus para impedir lo que consideran hostigamiento.