En los misteriosos textos denominados
Evangelios Apócrifos puede leerse un relato, escrito en arameo que describe a Jesús como uno más de
los profetas y que no habría
sido quien murió crucificado, sino Judas Iscariote.
El museo de Ankara, en Turquía,
alberga un antiquísimo documento, datado en más de 1500 años. Se trata de una
Biblia, que comprende los misteriosos textos denominados Evangelios Apócrifos,
entre los que se destaca el controversial Evangelio de Bernabé.
A través de sus hojas de cuero
ennegrecido por el paso de los siglos y letras talladas en color dorado, puede
leerse un relato, escrito en arameo, que difiere considerablemente de los
Evangelios canónicos de la Biblia, establecidos durante el Concilio de Nicea.