La fecha exacta del nacimiento de
Jesús nadie la conoce exactamente, aunque lo único que se puede decir con
certeza es que no nació el 25 de diciembre. Sí, ¡no nació el día en que todos
lo celebramos! ¿Y cuándo fue entonces?
En un artículo que publicó el
pastor chileno Miguel Mondaca en la página web de su iglesia dio a conocer este
estudio.
Es notorio según el relato
bíblico que Jesús no nació en invierno, porque “(...) había pastores en la
misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño
(...)” (Lucas 2:8). Los pastores estaban, por consiguiente, en el campo con sus
rebaños a la intemperie y esto sería imposible el 25 de diciembre, recordemos
que en el hemisferio norte el invierno comienza el 21 de diciembre y en el
hemisferio sur empieza el verano.
Los estudios de las costumbres de
las tierras bíblicas muestran que los pastores en Palestina traían sus rebaños
del pastoreo en el campo a los rediles siempre antes del 15 de octubre, esto da
prueba de que es imposible el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, a menos
que la Biblia mienta, cosa que todos los estudiosos de la Biblia rechazan
tajantemente. Por lo visto, estamos ante una fecha fraudulenta y mentirosa que
ha usurpado por dos milenios un lugar que no le corresponde.
La Biblia no indica en forma
específica la fecha exacta del nacimiento de Jesús, sin embargo nos da los
medios y la clave para aproximarnos a una fecha más real. En efecto, sabemos
positivamente que Jesús es menor que Juan el Bautista, su primo, en exactamente
seis meses (lea cuidadosamente esta evidencia bíblica en Lucas 1:24-38).
Elizabeth tenía ya seis meses de embarazo cuando María concibe en su seno
sobrenaturalmente a Jesús. La importancia de este dato cien por ciento
escritural es que se puede determinar en forma bastante aproximada la fecha del
nacimiento del bautista. Zacarías, el padre de Juan, era un sacerdote que
ejercía su ministerio en Jerusalén. El ritual judío establecía que cada
sacerdote tenía un tiempo definido del año en que servía en el templo. Existían
24 divisiones o cursos de servicio durante el año religioso y este dato es
ratificado por el escritor e historiador judío Flavio Josefo, quién en su libro
“Antigüedades de los judíos" dice que cada uno de estos turnos o cursos de
servicio duraban una semana y que después de seis meses cada sacerdote repetía
su turno sirviendo en total dos veces al año (1º Crónicas 24:7-19).